sábado, 20 de julio de 2013

Las cosas como son...

Miércoles 13 de Marzo, 2013
Las cosas no pueden seguir así:
Durante estas vacaciones disfruté del sol, la playa, la familia y el exquisito ambiente veraniego que tanto se extraña en esos gélidos días de invierno. Nada parecía entorpecer esa instancia de conformismo y satisfacción. Sin embargo, como el eterno orden de las cosas siempre impone su presencia en el mundo, sucedió que, durante una de mis salidas a los alrededores de la playa de Algarrobo, las cosas se tornaron un poco catastróficas. - “Un gran espectáculo es...” era la frase que se repetía cuando preguntaba acerca de la casa de Pablo Neruda en Isla Negra. -“Yo he ido con mi familia, hay cosas hermosas”. Las frases y opiniones dictadas ante mí con tanta emoción hicieron que fuera una parada obligatoria durante mi viaje. Luego de arremeter con mi ánimo de turista al bus interprovinciano, terminé por encantarme de lo hermoso que era el borde costero. Sin menos gloria de la que llevaba encima, se hizo presente ante mí Isla Negra. Habían artesanías por doquier, cada una con su sello y belleza. Era tanto así, que incluso emanaban el amor que profesaba el artesano por su oficio. - “No podía ser distinto... este es el lugar en donde alguna vez circundó el gran Pablo Neruda” dije a sí mismo. Luego de tanto encanto y halago, ya no había espacio en mí para la decepción, hasta entonces... Al llegar a la casa, me dirijo hacia la entrada en donde habían muchas personas, observando distintos objetos en vitrina como preámbulo a lo que seguía. Decidido, entro a la “boletería”. Sucede entonces, que una funcionaria para nada amigable nos explica junto a mi polola que la Casa Museo de Pablo Neruda (...segura?) funciona con un sistema de reservas. - !¿Qué?!, fue nuestra primera impresión. Estábamos preparados para el precio descarado de la entrada... pero esto nos fatigó emocionalmente al punto de que hizo presencia la exhaltación. Habíamos viajado desde Talca para poder visitar la “mítica casa del Gran Poeta de ideología socialista” y una funcionaria, más bien una fundación, nos detiene de frente con un fajo de billetes reservados. Ni siquiera hubo intento alguno de poder dejarnos entrar sin guía (como funcionaba anteriormente). Ante esta situación un turista brasileño se retractó de esperar.
-!Qué vergüenza!, para mí, para los chilenos que viajamos a conocer el rastro de nuestros personajes y paisajes, y para todos aquellos extranjeros que se enteran de la existencia de un supuesto museo que alberga los tesoros de Pablo Neruda, !Qué vergüenza!. Luego de tal golpe anímico, decidimos recorrer los exteriores... la playa junto a la casa y la “casa del arte” cuyo administrador no le envidia el genio a Satanás y sus trofeos artísticos que no pueden ser siquiera fotografiados (no eran pinturas). Bueno, luego de una gran decepción, pasamos a comprar artesanías en el puesto de un brasileño que muy distinto del resto, amablemente nos atendió y, desinteresadamente, nos envió buenas vibras. La sonrisa de las vacaciones perdió un diente con esa visita (bueno... medio, para no ofuscar la playa y las buenas vibras).
¿Qué hubiese hecho Pablo Neruda al saber que su casa se transformó en el prostíbulo de la billetera?....Creo que ni siquiera hay que preguntárselo...
Ahh, queda más (sí, me gusta alegar un poco). Recuerdo muy bien que el año pasado habían aumentado el monto de dinero destinado para la beca de alimentación (de la cuál en algún momento distruté). La beca es -para muchos alumnos- la diferencia entre poder almorzar y quedar hambriento durante la tarde. Obviamente, era un gran beneficio y mayor aún el cambio que se venía para todos ellos. Sin embargo, para su desgracia, los ad-hoc dueños de la concesión del casino universitario, han decidido, “probablemente por el coste de los alimentos”, aumentar el precio de las colaciones en una directa proporción, casi lineal con el aumento del beneficio. Ahora, huff... lo mismo de lo mismo y por lo mismo... !Qué tragedia!.
PD: Las cosas buenas están presentes todos los días, en todos lados. Merecen ser disfrutadas y no tener de colegas a estas 
aberraciones.
Matías Agustín Bustos
Estudiante de Ingeniería Civil Informática, UCM
Chileno como todos, antento y ferviente ante las injusticias